
Pegados al Carnaval
Es el carnaval de las emociones, en Victoria hay colores, perfumes, melodías, sensaciones y sabores perdurables.
El carnaval tiene brillo plateado, los colores se logran ver, hay también bocas abiertas y dientes, efecto de la risa y la diversión, de gente que canta e improvisa canciones populares.
Se miran a la cara, en este carnaval es inalterable mirar a la cara, algunos construyen su personaje, mascara o participación desde la mirada del otro. El poder verse en el acto de mirar, de encontrar algo de sí que está vedado y en la fiesta aparece.
Hay cuerpos con colores que brillan, se dejan mirar y desean ser vistos, las inhibiciones y prejuicios desaparecen para dar lugar a la alegría, de estar, en un personaje, mascara o en la muchedumbre y que todos puedan verlo.
Es por esto probable que ninguna mirada sea desinteresada o indiferente, la gente que participa en el carnaval de Victoria tiene interés en ver a los otros, que lo vean y en esta instancia verse a si mismo y ver la alegría.
Las manos se tocan, surge la necesidad de saludarse, besarse o dar una palmada, sentirse juntos en la actitud de hacer palmas al unísono, los cuerpos se unen por efecto de la transpiración o la espuma artificial, al entrar en contacto se quedan “pegados”.
Aparece aquí el ser colectivo, desde un lugar en donde los cuerpos se unen por el contacto físico, el individuo pasa ha ser un solo cuerpo y es parte de la muchedumbre.
La fragancia del carnaval de Victoria es variada, el perfume de la nieve artificial prepondera en la mayoría de los casos, es el olor característico en la actualidad, lo que expresa la acción de jugar, el acto de arrojar espuma en aerosol es un modo de divertirse y relacionarse.
Pero no es el único, hay otros más, olor a aceites y vaselinas para pegar brillantina, alcohol, nafta, pintura de labios, choripan, papas fritas, perfume de mujer. Cada uno de ellos aparece en algún lugar pero en conjunto exhiben el sentido de movimiento, tiene que ver con la acción de introducirse por espacios diferentes.
Hay un tiempo histórico en la celebración, al recordar carnavales con olor a lanza perfume, nardo, jazmines y agua florida, semblanzas de otra forma de vincularse y que en la actualidad ya no están.
El carnaval de Victoria tiene el sonido de su marcha: “Aquí Victoria, Capital Provincial del Carnaval Entrerriano...”, la gente escucha a sus nuevos locutores cuando expresan “Aquí Victoria, Capital Provincial del Carnaval Entrerriano” refrendando a través de las palabras el concepto musical.
Pero hay una voz que perdura en el tiempo, la indeleble melodía de Raúl Pedomente que en algún momento de la fiesta enaltece la presencia de una expresión carnavalesca con su proclama: “farolitos de colores para ...”
Se sienten los acordes de la Banda Municipal de Música “Sebastián Ingrao” cuando realiza la apertura del carrusel, es la primera expresión artística del carnaval anunciando el inició de la fiesta todas las noche de corso.
La percusión de instrumentos y tambores adquieren una fuerte resonancia y, a su vez, el repiquetear de tarritos y de latas dan muestra del ánimo popular de algunos participantes, que utilizan artefactos caseros para intervenir y expresarse a través del golpeteo.
Se percibe un bullicio de multitud, mucha gente que va y viene, sin embargo, se pueden oír las voces de las mascaritas , mascaras sueltas deambulando anárquicamente por todos lados como una forma de expresar el regocijo.
Este carnaval tiene un gusto similar a sabores especiales y por lo tanto, se debe guardar un tiempo para disfrutarlo, como es una torta de chocolate con dulce de leche y nueces o un postre de crema con frutilla.
Se relaciona fuertemente con impresiones que remiten a lo dulce , amargo o agridulce, por eso se asocia con la naranja, uva fresca, espuma artificial o la combinación de lo dulce con el alcohol.
El significado del tiempo aparece intensamente, probablemente obedezca a la figuración de la celebración, entendiendo que en el carnaval se saborea una dulce alegría, ante su ausencia se tiene un sabor amargo.
Pegados en el carnaval a un tiempo diferente, similar al paraíso, aquel que fue y cada febrero regresa. Porque pegar implica unir, de modo que entre las personas no quede espacio alguno; es comunicar a otra algo por el contacto, por el trato; hacer impresión en el ánimo; armonizar con otra.
Pegarse es asirse o unirse por su naturaleza a una distinta; rimar con otro; incidir intensamente en una superficie; hacer a alguien algo que le cause sentimiento; enredarse.
Insinuarse en el ánimo, de modo que produzca en él complacencia; arraigar; realizar una acción con decisión.
Pegados al Carnaval… Cantar juntos una canción que conmueve; afianzarse en un lugar en el mundo; abrazar entrañablemente a un ser querido; depararle una sonrisa a un desconocido; sujetar decididamente la mano a un niño, pegados a un tiempo diferente que nos sugiere, por momentos, que el paraíso también existe... .
Por Verónica Banchero
Licenciada en Comunicación Social
“La comunicación interpersonal del carnaval entrerriano como modo de manifestación de la cultural popular”. Tesis Final. Universidad Nacional de La Plata. Argentina. 2005